domingo, 24 de junio de 2007

Hoteles de Amor




Que buen negocio el de los Hoteles de Amor donde las pasiones se desbordan, ayudados por el ambiente, donde los detalles han sido tomados en cuenta con precisión, controles de entrada, privacidad para quienes no quieren ser vistos, por supuesto piden la cédula la cual es escaneada para los controles necesarios solicitados por las autoridades, no se ve la cara de quien te recibe solo escuchas su voz, ves una lista de opciones donde la mas económica esta por el orden de 100.000 Bs, la lista no te dice mucho, al preguntar te informa el recepcionista que solo quedan las habitaciones de la quinta en adelante, por su puesto las mas costosas, a medida que bajas en la lista los precios se acercan a la mitad de un salario mínimo, después de pagar la módica suma de 195.000 Bs para celebrar un aniversario mas, -hay que esperar señor la están acondicionando, el tiempo máximo de estadía son 6 horas- cuando te deslizas por los caminos internos te das cuenta que lo dicho de no haber habitaciones mas económicas disponibles, no era cierto, entre Liza Minelli , Mónica Lewinsky, L´Amour Fugitif y Amadis .


Al llegar, las señoras que se encargan de hacer la limpieza, cambian sabanas, asean el baño, no están de muy buen humor “por que hay clientes esperando”, el tiempo transcurre y aun nada, finalmente la entregan , con no muy buena cortesía, en fin, aun el piso húmedo la habitación luce pequeña para el monto pagado, una pista central iluminada, con un tubo, despierta algunas fantasías, la cama pequeña e incomoda siendo que allí se desarrollaran los principales acontecimientos, deja dudas!!!, un vino espumante en una neverita que no enfría, un control remoto de tv que no funciona, un ambiente musical limitado, cornetas dañadas, volumen escaso, una ventana abierta hacia el área del jacuzzi, da una extraña sensación de que podías ser observado en tu intimidad sin previo aviso (quizás el diseñador tuvo alguna fantasía fetichista), el tiempo transcurre rápido y una llamada recuerda el limite.


La salida entrega de la tarjeta y espera por la revisión de la habitación minutos y más minutos, finalmente un momento diferente e intenso que costará repetirlo y una impresión de haber recibido menos de lo que se pagó.

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